¿Quién
maneja el mundo?
Alberto Buela (*)
Por primera vez desde la finalización de la segunda guerra
mundial (1945) Estados Unidos toma una decisión política internacional a la que
se opone el Estado de Israel y los judíos en general, como es el acuerdo
nuclear con Irán con el apoyo de Alemania, Gran Bretaña, Rusia, China y
Francia.
Este acuerdo que tiene que
ser fijado en forma definitiva el 30 de junio para cerrar los detalles técnicos
y jurídicos es explícitamente boicoteado por el Estado de Israel y el lobby
judío enquistado en los gobiernos de los Estados Unidos, Alemania, Gran
Bretaña, Francia e, incluso, Irán. Sobre esto último recordemos que en los
funerales del Papa Juan Pablo II, hubo solo dos jefes de Estado que hablaban
farsí el ayatola Jatami y el entonces presidente israelí Moshe Katsav y entre ellos se entendieron. La comunidad
judía en Irán es la más fuerte de entre todos los países árabes.
Irán es considerado un
peligro para la existencia misma del Estado israelí. Los atentados de Buenos
Aires de hace 23 años se explican como atentados de falsa bandera producidos a
instancias de los servicios secretos de Israel y de USA para buscar un motivo
por el cual declarar la guerra a Irán.
Este objetivo después se
dejó de lado y nosotros, los argentinos, terminamos pagando los platos rotos y
medidos en un conflicto que no nos va ni nos viene pero que pagamos
generosamente con los dineros de nuestro menguado Estado.
Los lobbys judíos están trabajando contra reloj para
hacer abortar el pacto final del acuerdo que se acaba de firmar en esta primera
semana de abril 2015, y en tal sentido ya el jefe supremo iraní Alí Khamanei acaba
de poner en duda que se pueda firmar el acuerdo definitivo el 30 de junio.
Los máximos dirigentes del
mundo, en su mayoría, ven con buenos ojos la firma de un pacto nuclear pues
ello llevaría algo de tranquilidad al descalabro internacional que estamos
viviendo hoy. Hasta el Papa Francisco, de quien nadie puede dudar que es, por
convicción propia, el más grande defensor de los intereses judíos, apoyó el
pacto.
De modo tal que no queda
ninguna autoridad de peso sobre la tierra que se oponga al acuerdo de hace una semana,
pero sin embargo, hay indicios que el pacto no se va a firmar en forma
definitiva. Y entonces salta la pregunta ¿pero quién manda en el mundo? ¿Quién
tiene más poder que la voluntad explícita de los cinco poderosos países de la
tierra, para anular su decisión?
Vuelve una vez más a nuestra
memoria la vieja enseñanza del viejo ministro inglés Disraeli cuando afirmó: Ignora el mundo quién maneja el poder detrás
de los bastidores. ¿Será el imperialismo internacional del dinero manejado
por las dos bancas más poderosas: la Rockefeller y la Rothschid?
A nosotros, como convidados
de piedra de estas grandes medidas geopolíticas y estratégicas, solo nos cabe
distinguir; que estas son maniobras de los hombres pero que otras pueden ser la
medidas de Dios. Mal de muchos consuelo de pobres.
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