jueves, 12 de junio de 2014

RICARDO FORSTER: UN HIERRO DE MADERA. Por Alberto Buela

Ricardo Forster: un hierro de madera
                                                                         
Alberto Buela (*)





Ante el pedido expreso de un dilecto amigo escribimos este breve artículo, que no pensábamos escribir.
Hace cosa de unas semanas apareció un artículo del periodista Hernán Brienza, el que entrevistó a Cristina Kirchner, en el diario oficialista Tiempo Argentino, en donde hablando del pensamiento nacional nos menciona junto con otros, como Horacio González, Galasso, Maresca, Pancho Pestanha, Jorge Bolivar, Feinmann o ya fallecidos como Amelia Podetti, R. Kusch, Tucho Methol.
Fue algo premonitorio, pues una semana después el gobierno creó la Secretaría de Estado para la coordinación estratégica del pensamiento nacional y lo nombró a un profesor de filosofía, Ricardo Forster, al frente.
La creación de la Secretaría de marras y la desatinada designación de un secretario no capacitado para ello,(incluso el mentado Brienza estaba mejor capacitado) levantó una polvareda de decenas de artículos: todos en contra.
Los primeros que se pusieron en contra fueron los periodistas y ensayistas del sistema: los Lanata, Longobardi, Aguinis, Kovaldoff, J.L.Romero, Sebrelli, Grondona, etc. Afirmando que no existe un “pensamiento nacional” sino que el pensamiento siempre es pensamiento universal. Y que crear una secretaría ad hoc es querer domesticar el pensamiento para uso del gobierno.

Otro tipo de reacción fue la de aquellos que, aceptando la existencia de un pensamiento nacional, cuestionan a Forster porque no está capacitado, pues por su formación: se educó en la lectura de los autores de la escuela marxista de Frankfurt. Además tiene otra limitante y es que todos sus trabajos son solo sobre autores judíos (Benjamín, Adorno, Derrida, Horkheimer). Es más, tiene un libro Ensayo en torno a lo judío (1997), en donde sostiene que el cristianismo es la fuente y fundamento del antisemitismo, invirtiendo el sacrificio de la Cruz.

Finalmente hubo otro tipo de reacción y es la de aquellos que pensamos que el gobierno se equivocó en la designación de un tal Secretario de Estado, porque es lo mismo que poner a un carpintero de electricista, termina provocando un cortocircuito. Pero que al mismo tiempo es acertada la creación de esta Secretaría pues, bien manejada, ello permitiría lograr una mayor y mejor expresión pública de la pluralidad de matices que conforman el denominado pensamiento nacional.

El pensamiento nacional no es una creación del fascismo, de los nazis o del populismo como piensan los liberales y los marxistas ortodoxos, como los de la Escuela de Frankfurt, entre otros. Sino que se constituye por la acumulación de trabajos en torno  a la explicitación de “lo nacional argentino e hispanoamericano”. Y sobre el tema convergen multitud de corrientes, aspectos y matices que tienen su partida en la Carta a los españoles americanos del peruano Juan Pablo Viscardo en 1792 y que pasando por infinidad de pensadores, ensayistas y filósofos llega hasta nuestros días.
Nosotros tuvimos la oportunidad de publicar en 1992, con motivo del quinto centenario, dos volúmenes sobre Pensadores nacionales iberoamericanos en donde rastreamos en cada unos de los países que conforman nuestra ecúmene cultural a los autores que se habían ocupado de la cuestión nacional y quedamos sorprendidos por la variedad y número de los mismos.
Es de esperar, aunque no estamos muy convencidos, que el Secretario Forster, no practique la famosa falacia de la reductio ad hitlerum a los que no piensan como él, y a la que tan acostumbrados nos tiene el marxismo, y de cabida y promoción a la pluralidad de versiones y visiones que conforman el pensamiento nacional.


(*) arkegueta, aprendiz constante mejor que filósofo

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