lunes, 24 de agosto de 2009


QUIENES SON LOS FABRICANTES DE POBRES EN LA ARGENTINA 
Escrito por Walter Moore

El Banco Central emite dinero por el 10% de nuestro PBI, lo cual lo convierte en un bien escaso, y en consecuencia caro. 

Ante la polémica desatada sobre la pobreza en la Argentina, más allá de establecer la cantidad de pobres, es imprescindible definir las causas del incremento de la pobreza, y si bien el Gobierno tiene responsabilidad sobre este asunto, esta responsabilidad se concentra en el hecho de que no tiene los recursos necesarios para controlar y poner en caja a la gigantesca fábrica de pobres instalada por los sectores parasitarios de la economía.

 
Cuando hablamos de sectores parasitarios nos referimos a aquellos que crean riqueza sino que absorben y esterilizan la riqueza creada por los sectores dinámicos de la sociedad, que son los productores y los consumidores.

El principal fabricantes de pobres es el sector financiero, comandado por un Banco Central convertido en un verdadero poder independiente del gobierno, que realiza un sistemático saqueo de la riqueza de los argentinos a través de una tasa de interés abrumadoramente alta, pues roza el 10% anual mientras en todos los países industrializados se encuentra prácticamente en el 0% anual, por lo tanto el sector productivo se ve compelido a pagar tasas superiores al 15% gracias a la falta de control de este sector parasitario de la economía que gana un 50% por controlar un sistema de computadoras, pues no tienen en realidad un patrimonio propio de respaldo.

No conformes con esta enorme tasa de interés, el Banco Central emite dinero por el 10% de nuestro PBI, lo cual lo convierte en un bien escaso, y en consecuencia caro, mientras en los países industrializados la emisión oscila entre el 80% y el 115% de los respectivos PBI.

Claro que al no emitir pesos, que no tienen costo para el gobierno, obligan al país a pedir prestado emitiendo bonos, que sí pagan intereses.Debajo de este gigantesco nido de parásitos existen otros grupos parasitarios dentro de la compleja cadena de producción de la sociedad actual, que se aprovechan del enorme esfuerzo de trabajo y riesgo que los productores y consumidores para generar la riqueza, mientras que los parásitos, colocados en una situación privilegiada, se limitan a succionar esta riqueza generada por otros mediante la usura y la especulación..


El escándalo perfectamente orquestado por la constelación de instituciones vinculadas al sector especulativo del sistema inmobiliario, con la desinformación sistemática de un proyecto necesario como la Ley de Alquileres propuesta por la Senadora Quintela, que lejos de afectar los intereses de los propietarios (presentados no como inversiones de lavado, sino que siempre son “una jubilada que ha guardado sus ahorros en forma de ladrillos, porque no puede confiar en los bancos”, que difícilmente pueda construir edificios nuevos de 20 pisos para alquilar), a las que no dejan percibir que esta ley les garantiza una renta sumamente razonable por su inversión. 
 
El ataque de nervios se debe a que este proyecto ataca al corazón especulativo, que ha logrado inflar los precios de las construcciones hasta 7 veces el costo que tiene su construcción. De este 700% de beneficio, las inmobiliarias se llevan una generosa porción, pero el resultado es que los propietarios no alquilan o deben pagar fortunas que no tienen para comprar una vivienda a 7.000 pesos por metro cuadrado, cuanto su costo actualizado a Julio de 2009[1], no supera los 2.300 pesos. Todo esto se disimula haciendo que este mercado funcione con valores en dólares, y se compara sus precios con los valores en otros países, y no con los costos de construcción locales.Si seis partes del beneficio no se los llevan ni las empresas constructoras que cobran esos 2.300 pesos/m2, ni se rebajan en el precio de las construcciones, se los lleva el sector especulativo, con lo cual esa riqueza se esteriliza, porque las empresas no pueden seguir construyendo y porque la venta se estanca.
 
El resultado es licuar la calidad de vida social, que requiere viviendas para formar familias, pues sin vivienda no hay hijos, y sin hijos no hay Nación.
 
Es este sector especulativo en el campo inmobiliario el que ocasiona el incremento de las villas miserias al crear un verdadero tobogán social. 

Algo similar ocurre también en el campo alimentario, donde los productores que hacen todo el esfuerzo no son recompensados por su trabajo y el brutal aumento de precios de los productos alimentarios queda en los bolsillos del sector intermediario, en su mayor parte formado por empresas extranjeras que envían sus beneficios a engrosar la masa especulativa global que es la raíz del colapso económico actual.
 
Así un litro de leche salido del tambo da origen a dos litros de leche y un yogurt en la planta envasadora (o sea que por cada litro de leche original venden 2,5 litros de leche procesada), luego envían estos productos al supermercado (francés, norteamericano, chino, o argentino) y ellos lo remarcan con un 82% de beneficio diario, porque ese producto tiene una rotación diaria. 
 
Es este proceso el que está destruyendo la extraordinaria lechería desarrollada en la Argentina, en la cual el productor real solo recibe 1/15 parte de lo que paga el consumidor, mientras las otras 14 partes se las llevan los sectores especulativos, que además postergan los pagos a los productores para obtener intereses con el dinero que les pertenece.
 

El gobierno ha equivocado el enemigo, no es el sector productivo al que debe atacar, es al sector intermediario y procesador al que debe poner en caja, porque los que manejan los grandes volúmenes de producción agropecuaria no son los tradicionales chacareros, ahora enrolados al lado del sector especulativo por la falta de capacidad de gestión del gobierno en este campo, gracias a la habilidad discursiva de los grandes pools de siembra, que operan como un sistema bancario especulativo más, y cuyos resultados ambientales y sociales son realmente calamitosos.

El gobierno debe defender a los que producen y a los que consumen, y poner en caja a los sectores intermediarios y parasitarios, que son los que están convirtiendo a la Argentina en una verdadera FÁBRICA DE POBRES. WM/Buenos Aires, 20 de agosto de 2009 
[1] Según datos del último número de la revista Vivienda, especializada en estos valores. 
 
 WM/Buenos Aires, 20 de agosto de 2009 N&P: El Correo-e del autor es Walter Moore 
ecodemocracia@gmail.com  
[1] Según datos del último número de la revista Vivienda, especializada en estos valores. 
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