El ombligo del Mundo: El Mayor mercado Global -
Ruta de la Seda
El Reino Unido se propone integrar la City de Londres, principal centro financiero mundial, con los mercados bursátiles chinos
Jorge Castro
Analista Internacional
Un mes después del derrumbe de la Bolsa de Shanghai (cayó 70% en 10 días), George Osborne, secretario de Finanzas británico, señaló: “El Reino Unido y China están profundamente unidos en este momento de crisis”, y propuso integrar a la City de Londres –principal centro financiero mundial– con los mercados bursátiles de la República Popular, convirtiendo a la capital británica en la cabeza de su expansión en los países avanzados.
En ese momento, el Banco de la Construcción de China (CCB) –uno de los cuatro mayores de la República Popular– se integró al directorio de la Bolsa de Londres y asumió la responsabilidad del clearing del renminbi en la City londinense.
Después de Shanghai, Osborne se dirigió a Xinjiang, en la frontera con Kazakhstan y Mongolia, cuya capital Urumqi es el punto de partida de la “Ruta de la Seda”, que integrará a China con Europa Occidental en 15 años, al atravesar Asia Central, Rusia y Medio Oriente.
El cálculo de Osborne es que la “Ruta de la Seda” cruza un área en la que reside 70% de la población mundial, se produce 55% del PBI global y existen 75% de las reservas energéticas conocidas. La “Ruta” es una densa red de autopistas, ferrocarriles ultrarrápidos y aeropuertos inteligentes de alta tecnología, que requerirá invertir US$8,2 billones entre 2015 y 2030, financiados por los grandes fondos de inversión creados por la República Popular (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura / AIIB, Banco de Desarrollo de los BRICS, Fondo Soberano / CIC, y Fondo de la “Ruta de la Seda”).
China prevé que el intercambio con los países de la “Ruta de la Seda” implica un adicional de US$2,5 billones en su comercio internacional de los próximos 10 años.
Osborne ha advertido que la economía china (+7% anual en 2015) ha adquirido una magnitud de USS 10 billones (dólares constantes); y ahora crece una Australia cada 2 años (US$ 1,45 billones) y un Reino Unido cada 5 (US$2,94 billones), mientras que el intercambio global en renminbi era 7% del total en 2010, 9% en 2011, 35% en 2014 y treparía a 65% en 2025.
Osborne sabe que el PBI chino se triplica en 15 años (US$30 billones), y lo mismo ocurre con el ahorro doméstico (US$15 billones), y que las inversiones en el exterior se multiplican por 6 (US$600.000 anuales).
También ha constatado que la acumulación china se ha modificado, y que ahora crece impulsada por el desarrollo urbano y el impulso de la nueva clase media. OCDE señaló que Asia-Pacífico tendría 66% de la clase media global (US$ 8.000/US$30.000 anuales) en 15 años y era 18% en 2009, mientras que EE.UU. y Europa dispondrían entonces de 21% de ese sector social, y era 54% en 2009.
El número dos del sistema político británico percibe que 350 millones de chinos pasarían a las ciudades en 2030, y que los que realizaron ese éxodo en las 3 décadas posteriores a 1978 fueron 250 millones. También que este gigantesco proceso de urbanización se realiza mediante la creación de megaciudades de más de 60 millones de habitantes, integradas por 40.000 km de trenes hiperrápidos (300 km/h), que unirían sus extremos en 1 hora y media.
China ha fundado 160 ciudades de más de 1 millón de habitantes en los últimos 15 años, y las urbes que han triplicado el ingreso per cápita desde 1990 (+300%) son 250. “Siempre hay que poner a China en perspectiva, sobre todo cuando experimenta un cambio histórico como el actual”, dice George Osborne.
Xi Jinping viaja a Gran Bretaña este mes. Hablará ante el Parlamento y se entrevistará con la Reina y el premier David Cameron. Por cierto, también se verá con George Osborne, quien probablemente sea el próximo primer ministro británico.
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